martes, 13 de marzo de 2012

Azotes de Dios...

Llega un momento en la vida en el que un hombre debe hacer lo que debe hacer. ¿Has sido pasota, bueno, malo, irresponsable, ilegal...?; da igual, cuando todo tu mundo a tu alrededor se desmorona, y todos los valores y deseos que has levantado se desploman cual Goliat por una simple piedrecilla, entonces de tu interior mana una fuerza insospechada que cambia todo tu entorno. Cura la miopía de la que has padecido a lo largo de años, y te planta en tu cara las gafas de la realidad, una realidad que a veces duele, a veces desgarra y a veces acaricia.
Planta en tus manos las armas para hacer posible tu cambio, y con un pequeño empujón te dice: "Ánimo, se cauto, pero lucha"; y tú, como cordero cuasi-degollado te dejas seducir (de nuevo) por los placeres de tu enferma y nueva miopía, una miopía extraña y cobarde, una miopía causada por la comodidad y la pusilanimidad, una miopía que nace desde la basura de tu anterior vida, de la cual te aprovechas, para alejarte de los problemas que rondan a tu alrededor y así no poder verlos.
Pero un día notas que no puedes alejarte más, que los problemas te rodean y te has hecho uno más con ellos, eres fruto y abono de ese problema, por lo que un día decides estallar, coges una botella de ron, tu Colt 45 y decides expulsar de tu Templo Sagrado todo lo que ha formado parte de tu equívoca vida, un momento del que posiblemente no saques ninguna enseñanza, pero, un momento que te convertirá en un incansable buscador   de lentillas...

...la verdad...

..."Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén, y halló en el templo vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y cambistas sentados. Hizo un azote de cuerdas, y los echó a todos del Templo con las ovejas y los bueyes, tiró las monedas de los cambistas y volcó las mesas. Y dijo a los vendedores de palomas: “Quitad esto de aquí: no hagáis de la casa de mi Padre un mercado”.  Sus discípulos se acordaron que está escrito: “El celo de tu casa me devora”.
Entonces los judíos le dijeron: “¿Que señal nos das para obrar así?” Jesús les respondió: “Destruid éste templo y en tres días lo levantaré”.  Los judíos le replicaron: Se edificó el templo en cuarenta y seis años, ¿Y tú lo levantarás en tres días?” Más Él hablaba del Templo de su cuerpo.
Por eso, cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos que ya lo había dicho, y creyeron en la Escritura y en la palabra de Jesús"...

Jn. 2, 13-22

2 comentarios:

  1. Dios curó la miopía del hombre, y el hombre comenzó a buscar sus lentillas. Y Dios vio que era bueno, y se regocijó...

    ...pero ay del hombre que se aparte del camino y comercie con líquidos limpiadores, porque Dios, que es justo y vengador, echará sal en sus lentillas...

    Y el escozor será eterno.

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  2. ...y en sus ojos resonará un ruido como de rechinar de dientes...
    Muy buena composición bíblica, lograrás adeptos.

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