jueves, 17 de noviembre de 2011

Peleas a mansalva


Hace ya tiempo, una tarde de esas que tientan tu cuerpo y tu alma a compartir experiencias con tus amigos y conocidos, acompañados todos de algún elixir afro-alcohólico, y de telón de fondo una preciosa puesta de sol, vamos una tarde de esas, normalitas, fuimos testigos de lo que puede llegar el ser humano a estar en relación con la naturaleza.
En medio de un estado de melancólicas anécdotas, de repente, y sin previo aviso, un estridente chirrido, acompañado de un doloroso quejido, rompió nuestra armónica conversación y nos sacó de tan bello y acompasado trance. Todos nuestros ojos fueron a parar al mismo lugar de donde provinieron semejantes sonidos, todos vimos una ranchera y debajo de sus grandes ruedas, como por arte de magia, vimos aparecer un pequeño perro marrón claro, sorprendidos todavía seguimos con la mirada al can, que vino a cobijarse bajo la sombra de un gran (y cuando digo "gran" digo "gran") hombre curtido por la mar (o eso me parecía).
En medio de nuestro arrobamiento, y todavía con el susto de los ensordecedores ruidos, de la ranchera bajó un chico de mediana edad con intenciones pacíficas y con la idea de pedir disculpas a la par que ver si el pobre animal estaba en buen estado. Pero cual fue su, y nuestra, sorpresa, cuando el "dueño" de dicho animal se levantó de golpe del sitio en el que se encontraba y fue a arremeter contra el joven que iba hacia su situación. En medio de el desconcierto del joven (sospecho) y viendo la actitud agresiva de aquel hombre "curtido", su actitud, cual flash de cámara fotográfica, cambió; y cual fue el cambio que se puso de repente a enfrentarse a aquel "dueño y señor del mar" (y del perro). Cara a cara, frente a frente, sus alientos se rozaban en un fluir de palabras, insultos, amenazas y batallas...
Nosotros, paralizados por la escena que nos habían brindado, sólo llegamos a esbozar un pequeño resumen de lo sucedido... ¡Todo por un "fisco" de perro...
Dedicado a Quique.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Ya nada es lo que era.


Ayer en medio de las risas y anécdotas que contábamos e una terraza en medio de la calle, de repente, una rata sale corriendo de un portón viejo, ante nuestro asombro (por el tamaño de semejante animal) surge de la mojada calle un gato blanquinegro, y se pone a correr y a perseguir a semejante animal. Nosotros animábamos al felino a que hiciese uso de sus instintos animales, y capturase a ese roedor de tamaño XL, pero, cual fue nuestra sorpresa, que cuando la rata llega a una puerta, decide treparla y ponerse más o menos a cubierto del peligroso felino, y éste último hizo ademán de acercarse a olerlo, y ante un rápido pero corto movimiento de la rata, el gato se atemorizó y salió huyendo de aquel sitio como alma que lleva el diablo, acompañado de los gritos de los numerosos espectadores que allí se encontraban y le decían: ¡No huyas gato marica!...
Ya nada es lo que era...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

"Cerjanía"


Desde un páramo desquebrajándose por el tiempo, miro sin dudar los momentos que me han acompañado a lo largo de mis pocos, pero incesantes meses, y pienso en las cosas que desde lejos me llaman y hacen de mi vida un cajón de sastre lleno de una amalgama de recuerdos y sentimientos, embelesándose y clamando por salir de una vez de su oscuro escondite.
Pienso, busco, admiro, reflexiono, hago un cuadro abstracto de mi vida, que sólo yo conozco, y me siento satisfecho. Bendita lejanía que hace sentir más cerca de ti, bendita cercanía que desde lejos me hace reparar en ti, cual barco casi a punto de hundirse que reclama una orilla tranquila donde morir en paz.
Desde aquí sonrío, cual niño que desea ese caramelo inmerecidamente ganado, desde aquí sonrío cual náufrago que visiona desde lejos la informe silueta de un barco... sonrío...imagino...deseo la llegada de ese viernes cual alumno que espera un fin de semana plagado de aventuras...imagino...TÚ.