viernes, 21 de septiembre de 2012

Alcohólica enseñanza

Hoy, dando un mañanero paseo por las calles de mi "aburrido" pero querido pueblo, se me acercó un hombre, este mirándome fijamente a los ojos me preguntó si quería un consejo. Yo, en medio de ese inesperado asalto le dije que si, a lo que el buen hombre me dijo:



"Mide tus palabras como mides la pasta de dientes al sacarla de su bote, 
ya que una vez están fuera es muy dificil volver a meterlas dentro..."

lunes, 4 de junio de 2012

¿Qué pastilla elegiste Alicia? (Parte 1)


...Y de repente la pequeña Alicia plegó la aterciopelada cortina que adornaba aquel cálido y luminoso salón, tras ella se hallaba un sinfín de números y letras y signos inquietos delante de un fondo negro, esas letras le llamaban, le pedían que entrase, cuando, de repente, vio un pequeño conejo atravesar raudo esa “ilusión”… pero… ¿era una ilusión? La pequeña Alicia quedó impactada cuando observó, entre los rápidos movimientos del lepórido, que portaba un reloj y anteojos (aunque no sabía si era eso o un monóculo, dado que la sorpresa y la velocidad hicieron mella en su mente).
Entre temblores decidió cruzar, tras esa extraña cosa solo encontró otra habitación con mucho polvo, al contrario que la luz, que era muy escasa. Afuera, una tormenta descargaba raudales y raudales de agua, los relámpagos sonaban, pero no iluminaban la estancia. En medio de esta, un gran y cómodo sillón rojo de piel, en él estaba sentado un hombre muy extraño, vestía un insólito traje de “escamas” negro, como si de la piel de un reptil se tratase; en sus ojos unos quevedos, como opacos, que escondían su mirada y reflejaban lo que veía. En sus piernas el pequeño conejo sonreía y se dejaba acariciar. De aquella penumbra surgieron otras cuatro personas más, cada cual más extraña, y se dispusieron a lo largo de la habitación tras el sillón; vestían ropajes extraños y negros (parecidos a los del que estaba sentado) y la miraban fijamente.
De repente, Alicia, intimidada y atemorizada por el momento, decidió desandar sus pasos; cuando, súbitamente, el extraño personaje le dijo:
-          No temas Alicia, pasa, siéntate.
La pequeña Alicia, obediente, tomó asiento justo enfrente de aquel hombre, a su diestra una pequeña mesita sostenía un vaso de agua, parecía limpia. El hombre unió sus manos (recordando todas aquellas noches en las que ella rezaba a los pies de su cama) y le dijo:
-          Ya era hora, bienvenida Alicia, yo soy Morfeo.
La pequeña quedó muda de estupefacción, ¡sabía su nombre! El de él le sonaba a las viejas historias contadas en Grecia sobre un hombre que se metía en los sueños de los demás… eso podía ser una señal… ¿era un sueño?...El hombre interrumpió sus elucubraciones…
-          Supongo que ahora, te sentirás un poco extraña…
-          Se podría decir que sí – respondió la pequeña con voz vacilante-
-          Puedo verlo en tus ojos. Tienes la mirada de una niña que acepta lo que ve porque espera despertarse. Irónicamente, no dista mucho de la realidad ¿Crees en el destino?
-          No –respondió de nuevo ella, ahora un poco más segura -
-          ¿Por qué no?
-          No me gusta la idea de no ser yo la que controle mi vida.
-          Sé exactamente a lo que te refieres. Te explicaré por qué estás aquí. Estás porque sabes algo. Aunque lo que sabes no lo puedes explicar. Pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu vida. Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es, pero ahí está como una astilla clavada en tu mente y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta mí ¿Sabes de lo que estoy hablando?
Alicia frunció el ceño, y al momento,  la mirada de Morfeo atravesó esos opacos cristales y se incrustó en la mente de la niña. La pobre no entendía nada de lo que le decía aquel hombre, todo le sonaba extraño… quería volver a su casa, quería estar rodeada de las flores y el césped que tenía su jardín, volver a leer, a soñar, a inventar…
-          Todo eso en lo que piensas Alicia es Matrix. – dijo leyendo sus pensamientos- ¿Te gustaría saber lo que es? Es un cautiverio, naciste en una prisión que no puedes ni oler, ni saborear, ni tocar. Por desgracia no se puede explicar lo que es Matrix. Has de verla con tus propios ojos. Esta es tu última oportunidad.
De su original abrigo sacó una cajita metálica, del color de la plata que guardaba la madre de Alicia en aquel viejo y carcomido aparador; lisa, sin ningún tipo de dibujo ni filigrana. La abrió tras jugar un rato con ella entre sus manos, y en ella la niña vio dos pequeñas pastillas, una roja y otra azul.
Morfeo le dijo:
-          Si tomas la pastilla azul fin de la historia. Despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja, te quedas en el País de las Maravillas y yo te enseñaré hasta dónde llega la madriguera de conejos. Recuerda lo único que te ofrezco es la verdad. Nada más. Sígueme…
La pequeña se sintió tentada en abandonar aquel mundo tan fantástico que se presentaba ante sus ojos, pero, su afán de descubrir cosas nuevas, le hizo tomar la pastilla roja. Repentinamente  sintió como si cayera por un inmenso y profundo agujero, un hoyo excavado y envuelto de un metal oscuro, frío, lleno de luces y de chispas… sus ojos se abrieron y se vio en medio de un enorme corredor, blanco, con muchas puertas a los lados, personajes con armaduras blancas paseaban por ellos; las puertas se abrían solas a su paso…

miércoles, 23 de mayo de 2012

Enmimismado...

- Cielos, oid mi voz...
- Montañas, sentid mi fulgor...
Miro vuestra grandeza y a mi lado parecéis insignificantes migajas de pan. Tengo una vida, un motor en continuo movimiento, un motor que irradia belleza.
Sí, belleza; para mi lo bello no es lo característicamente hermoso, para mi lo bello es aquello que cumple la función para lo que fue creado, sea bomba, sea flor, todo cumple su función, y la mía es ser grande. Al igual que Edward Bloom en Big Fish, "me siento como un pez en una pecera", que no crece, que ve menguado su tamaño, que ve que ha nacido para algo más grande.
A veces pienso y re-pienso si esto puede ser lo mío, o tengo que remontar el vuelo (o el nado río arriba).
- Montañas sigo siendo más grande que todas ustedes, algún día volaré...
Pero para ello tengo antes que aprender a mover las alas, a tomar impulso, a tener un árbol fuerte del que lanzarme al vacío. Ya he alcanzado muchas metas, pero todavía me quedan otras muchas por alcanzar.
- Algún día podré volar...
- Lo bello...algo que cumple su función.
Mi función es estar a tu lado, para eso he nacido y por ello moriré. No sin antes remontar el vuelo, un vuelo que haga que los dos miremos hacia abajo y nos riamos de la majestuosa grandeza de las montañas...
- Otra cosa me mueve...
Tengo la certeza de que los diestros viven nueve años más de promedio que los zurdos...pero...
- ¿Cuánto vive un zurdo?

lunes, 14 de mayo de 2012

Silenciosa dedicatoria

... me dirijo a la caja a pagar mi compra, pensando en cuál puede ser más rápida por la eficiencia de la cajera (ya que muchas veces el "súper" al que yo voy las cajeras son muy, pero que muy pésimas), estando ya en ella, en mi caduca espera y adolescente pérdida de tiempo, miro hacia el frente y ahí te veo...
Con tu ropa de trabajo azul marino con el emblema de "ranstad"; mirada perdida, triste, sin final, como si no tuviese un objetivo donde quedarse, siempre mirando. He oído que las miradas pueden llegar a atravesar a las personas, este no es el caso, esta mirada te hace estremecerte del vacío que desprende, de la sequedad que rebosa en su mirada. Y  aún así siempre lo miro, como expectante de que algún día un pequeño halo de luz, de alegría, de sentido saliera de su mirada.
Pero, ¡cómo hablarles de alguien sin describirlo!, perdón; su talante pequeño, lo hace más miserable aún de lo que parece, su delgadez hace que la pena recorra tu cuerpo y tu mente cada vez que lo observas, una persona blanca, más que eso, pálida, cuasi blanquecina; vamos que todo su conjunto hace que sea una persona que pase inadvertida para quien "va a lo que va" y no se fija en todo lo que le rodea.
Ha habido días en los que he seguido su parsimonioso camino, sus idas y venidas con la habitual compra de los  queridísimos clientes. Cruza la calle con paso triste, pero tranquilo, un paso que arrastra muchas cargas, muchos pesares, mucha "mierda", pasa en medio de la gente, y a pesar de su carga, nadie lo mira,nadie repara en que es una carga que a simple vista se le puede hacer imposible (por su forma física, más que nada). Antes de cada salida, de cada reparto, saca su cajetilla de "coronas" enciende uno, y hace que viaje en el tiempo y vea al magnífico Humphrey Bogart.

Parece una persona esquiva, sin sonrisa pero educado, invisible y silencioso, pero hoy he hecho honor a ti, pequeño gran hombre, al igual que tú, te escribo una silenciosa dedicatoria...

lunes, 9 de abril de 2012

El chamán

Caminando por la espesa selva, en medio de una encrucijada aventurera, rodeado de cardos, zarzas, ortigas, flores y matorrales, llegué a un lugar Santo, un lugar donde el tiempo se detenía a cada pensamiento. Allí solté mis bártulos y me dispuse en situación de meditar... mi mente se llenó de pesadumbre, de sollozo, de amargura...
Pensé por un instante si podría haber en mí algún pensamiento dulce, pacífico, alegre. Pero no, mi mente era un oscuro habitáculo donde la luz por hermetismo no penetraba, un habitáculo lleno de cosas, trastos, antigüedades, cosas inservibles que anteriormente me habían servido para hacer de mi vida un paso fácil por este mundo, y que ahora me ahogaban, me presionaban, me hacían daño, incluso no me dejaban respirar.
Clamé en llanto al cielo, a la tierra,  la Madre Verde que me rodeaba, y en medio de mis voces, escuché un suave susurro, un aliento en medio de mi desesperación.
- ¿Qué haces?- preguntó 
En medio de mi frustrada búsqueda respondí que quería una respuesta, un halo de luz que me indicara el camino por el que seguir.
Miré y vi un hombre, su rostro iluminaba la sabiduría y la antigüedad, el presente y el pasado... en medio de sus arrugas esbozó una sonrisa, tan simple, tan sencilla, que hizo que por un momento me olvidara de dónde y cómo estaba.
Me guió por los caminos de la meditación y el silencio, caminos de dolor y regocijo, caminos de amor y odio, caminos de sabiduría e ignorancia...
Cierto día desperté, hacía un día espléndido, el cielo lo rasgaba una pequeña nube aterciopelada, busqué a aquel anciano, y no hallé rastro de él. Busqué en medio de los árboles de la selva, tras las cascadas, tras montañas y rocas, pero no lo pude hallar. Al llegar a mi cabaña, pensé que no podía ser cierto, que no podía haberme dejado solo, y en medio de mi miedo y soledad volví a mi lecho, mi incómodo lecho, y entre mis harapos que me servían de manta descubrí una pequeña nota, entre sus letras temblorosas, pude leer:

..."La esperanza es el sueño de un hombre despierto"...

martes, 27 de marzo de 2012

La vida en un craneo de bisonte...

Craneo, bala en la cabeza, la vida gira y gira constantemente...
...
...
Miro un documento:
- ¡Extra, extra; se ha descubierto la nueva sensación para la caza!
- Niño, déjame un periódico y toma esta piedra a cambio
- Muchas gracias señor (responde ilusionado el niño)
De repente en mi desinteresado ojear observo la noticia... mi rudimentaria arma cae al suelo, ya no me sirve la antigua lanza de mis antepasados, la honda de mi padre, el arco de mi hermano... ¡han inventado un nuevo arma¡ una nueva forma de cazar, un montón de metal unido, por el cual sale un proyectil impulsado por el recientemente descubierto "fuego".
Corre el año 2000 a.C. comienza una nueva era para mi especie, seremos los dueños y señores del suelo que pisamos, dominaremos especies animales y razas humanas. Parece algo bello, tengo que ir a la gruta del herrero a conocer más sobre ese nuevo invento.
Corre el año 2012 d.C. , y miro mi pasado. Una civilización avanzada, cultivada en el arte, la lengua, la ciencia...una civilización incivilizada que ha hecho de un gran invento, un modo de asesinar y defender ideas, lugares, palabras e incluso sentimientos...
Corre el año 2099...¿estoy solo?...una luz brilla a lo lejos...

http://www.lo-inexplicable.com.ar/articulo.asp?cat=80&art=106

martes, 13 de marzo de 2012

Azotes de Dios...

Llega un momento en la vida en el que un hombre debe hacer lo que debe hacer. ¿Has sido pasota, bueno, malo, irresponsable, ilegal...?; da igual, cuando todo tu mundo a tu alrededor se desmorona, y todos los valores y deseos que has levantado se desploman cual Goliat por una simple piedrecilla, entonces de tu interior mana una fuerza insospechada que cambia todo tu entorno. Cura la miopía de la que has padecido a lo largo de años, y te planta en tu cara las gafas de la realidad, una realidad que a veces duele, a veces desgarra y a veces acaricia.
Planta en tus manos las armas para hacer posible tu cambio, y con un pequeño empujón te dice: "Ánimo, se cauto, pero lucha"; y tú, como cordero cuasi-degollado te dejas seducir (de nuevo) por los placeres de tu enferma y nueva miopía, una miopía extraña y cobarde, una miopía causada por la comodidad y la pusilanimidad, una miopía que nace desde la basura de tu anterior vida, de la cual te aprovechas, para alejarte de los problemas que rondan a tu alrededor y así no poder verlos.
Pero un día notas que no puedes alejarte más, que los problemas te rodean y te has hecho uno más con ellos, eres fruto y abono de ese problema, por lo que un día decides estallar, coges una botella de ron, tu Colt 45 y decides expulsar de tu Templo Sagrado todo lo que ha formado parte de tu equívoca vida, un momento del que posiblemente no saques ninguna enseñanza, pero, un momento que te convertirá en un incansable buscador   de lentillas...

...la verdad...

..."Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén, y halló en el templo vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y cambistas sentados. Hizo un azote de cuerdas, y los echó a todos del Templo con las ovejas y los bueyes, tiró las monedas de los cambistas y volcó las mesas. Y dijo a los vendedores de palomas: “Quitad esto de aquí: no hagáis de la casa de mi Padre un mercado”.  Sus discípulos se acordaron que está escrito: “El celo de tu casa me devora”.
Entonces los judíos le dijeron: “¿Que señal nos das para obrar así?” Jesús les respondió: “Destruid éste templo y en tres días lo levantaré”.  Los judíos le replicaron: Se edificó el templo en cuarenta y seis años, ¿Y tú lo levantarás en tres días?” Más Él hablaba del Templo de su cuerpo.
Por eso, cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos que ya lo había dicho, y creyeron en la Escritura y en la palabra de Jesús"...

Jn. 2, 13-22